LA ACCIÓN ANTICIPATORIA Y LAS FINANZAS ANTE RIESGO DE DESASTRES

Cada vez hay más interés por una acción humanitaria proactiva y basada en los riesgos, como medio para prestar una asistencia más oportuna, eficiente y digna a las comunidades en riesgo de crisis. Los pedidos de ampliar estos enfoques resaltaron la insuficiencia de los niveles actuales de financiación para las acciones anticipatorias y para la financiación preestablecida para crisis, así como la importancia de establecer objetivos con los que medir los avances. Sin embargo, hay gran variación entre estos objetivos, y en términos de lo que constituye una ambición realista. Dentro de las crisis que reciben asistencia internacional, ¿cuál es el alcance para establecer planes, financiación y, cuando sea posible, implementar acciones mitigadoras antes del propio evento? El desafío para la comunidad humanitaria consiste en aprovechar la ciencia y la tecnología existentes para permitirnos predecir y prepararnos antes de que aumenten los riesgos de crisis, al tiempo que conservamos la capacidad de responder a acontecimientos muy complejos, interconectados y/o sin precedentes. Este documento pretende ofrecer un marco más claro para entender qué puede anticiparse y en qué medida. El análisis de este informe muestra que hay grandes oportunidades dentro de la carga de casos humanitarios para aprovechar los sistemas de información de riesgos operativos existentes (el pan comido), así como un potencial más amplio con respecto a los riesgos de crisis que aún no cubren los sistemas operativos actuales. Además, el informe reconoce que existen límites en el grado en que se pueden predecir las crisis y en que se puede la financiación preestablecida. Esto refuerza la necesidad de que la acción anticipada y las medidas de financiación del riesgo de desastres se complementen con otros mecanismos de respuesta durante y después de una situación de crisis y se adapten a las crisis y contextos individuales.   Lea el informe completo aquí ENG FR ES

El Resumen Ejecutivo aquí



El informe también proporciona las siguientes seis recomendaciones:

  • Aumentar y diversificar la financiación de los donantes destinada a la acción anticipatoria y a la financiación anticipada de las crisis para maximizar el potencial de estos enfoques y acelerar los esfuerzos para tener un seguimiento de estos flujos de financiación.
  • Apoyar y fomentar la elaboración de modelos de riesgo abiertos y el intercambio de pruebas y aprendizajes sobre los puntos fuertes y las limitaciones de los sistemas de información sobre riesgos, sobre todo desde la perspectiva de los ejecutores y las comunidades en riesgo.
  • Maximizar las oportunidades para que la acción anticipatoria y la financiación del riesgo de desastres se desplieguen en tándem y por parte de diversos actores que trabajen juntos, garantizando que la rentabilidad y la eficacia de los enfoques conjuntos no se pierdan debido a conflictos sobre los mandatos organizativos.
  • Establecer objetivos realistas y alcanzables que tengan en cuenta las capacidades y los límites actuales de la acción humanitaria basada en el riesgo, y que consideren las variaciones contextuales y las prioridades dirigidas a nivel local.
  • Considerar el papel de las carteras de desarrollo y clima junto a la financiación humanitaria a la hora de establecer los objetivos, de forma de reflejar mejor el nexo en el que se inscribe este trabajo.
  • Apoyar a las agencias humanitarias, especialmente a nivel local, para garantizar la preparación operativa, de modo que la financiación oportuna se traduzca en un apoyo más rápido y eficaz a las comunidades en riesgo.